Dos goles Mundiales. Decisivos. Contra el Seattle para sellar los octavos y ante el Inter Miami para abrochar los cuartos. Dos más. Para Achraf Hakimi. Para el mejor lateral derecho del planeta en la actualidad. Para un dos con colmillos. Clave en el PSG todocampeón. Fundamental en la Orejona. Por su defensa y por su olfato. Los tantos en cuartos (Aston Villa) y semis (Arsenal) fueron el aperitivo, el de la final ante el Inter, el festín. Su Champions, el mejor resumen de un año dorado. De su explosión. Y en el Mundial de Clubes busca ponerle el lazo.
El siguiente paso es el Bayern. Una tarde de tronío (mañana, 18:00) para la que Luis Enrique necesitará a Achraf a pleno rendimiento. Y lo tendrá. A un lateral derecho con alma de cañonero. Que ha encontrado en el técnico español el mejor trampolín para su fútbol. Que lleva 11 goles y 14 asistencias a estas alturas. Que participa en un tanto cada 176,6 minutos. Números de extremo, porque su fútbol lo lleva dentro. Y esta temporada lo ha sacado. Más que nunca.
De Oro
Por eso es uno de los futbolistas de la temporada. Uno de los candidatos a la zona noble del Balón de Oro. Si no es el baremo principal, se le parece. Tiene mucha competencia. Ahí están Lamine Yamal o Raphinha y sus compañeros Dembélé y Vitinha. También un Mbappé que, con su gastroenteritis, ha visto como sus opciones de podio quedan muy tocadas tras este Mundial, aunque un buen rush final le metería en la pomada. Y en esa galaxia de nombre, aparece Achraf.
“Mucho más que un lateral”
“¿Y si el mejor jugador del mundo fuera un lateral derecho?“. La pregunta la lanza Onze Mondial en su edición de julio. Porque la temporada del internacional marroquí le coloca en las quinielas. En la siempre complicada lucha de los defensas contra los atacantes. Pero Achraf es pájaro y escopeta, entiéndase el símil. “Su capacidad de adaptación y su volumen de carrera excepcional lo convierten en una amenaza constante. Hakimi es mucho más que un lateral; es un motor ofensivo y defensivo de su equipo”, señala la revista francesa. Una sentencia que apoya Luis Enrique: “Sólo he visto a Achraf de lateral cuando saca Donnaruma”.
Reforzado y blindado
Un reflejo de su importancia. En el esquema del técnico y en el proyecto parisino. Porque cuando el runrún aparecía, el PSG dio un golpe sobre la mesa. A finales de 2024, contrato acordado y sellado. Achraf en la capital, hasta 2029. Con contrato galáctico. Porque lo es. Así lo consideran internamente. Así lo refleja su temporada. Una campaña con rendimiento de Balón de Oro. Al menos, está en las conversaciones. Y eso es mucho. El Mundial puede ser su catapulta final.
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